Cuando regresó al auto, donde yo le esperaba, me sentí tentada a decírselo todo, que ya no puedo verlo más así - tan normal como a los demás - quise decirle que le quiero, que quiero ser yo la que pase los fines de semana libres con él, aún cuando hayamos pasado toda la semana juntos, decirle que sí, que yo también pensaría primero en él antes que en nadie más si tuviera que escoger con quien compartir la fortuna imaginaria que vivimos pensando que nos ganaremos un día.
A veces, cuando algunos "sospechan" que tenemos algo, y especulan sobre lo que tenemos ( que yo tengo claro que no es simple amistad, pero tampoco sé bien qué más es ) termino evadiéndome y diciéndoles que se dejen de cosas, que sólo somos amigos y que sería imposible que fuéramos algo más, que si hubiese algo ya habría pasado, porque llevamos mucho tiempo andando juntos. ¡Cómo me gusta decirme mentiras a mí misma!
Qué contradicción que la mayoría de los que nos conocen piensen que hacemos una pareja perfecta, que nos complementamos y hasta "nos vemos bonitos juntos" y justo él no haya descubierto - o si lo ha hecho también lo evada - que llevo tanto tiempo esperando que un día, como hoy mientras lo esperaba en el auto, me abrace y me bese y por fin me diga que el también siente lo que yo.
De vez en cuando, también, vuelvo aquí...