Resulta que este nuevo año me está tratando bastante mal hasta ahora, excepto por los seis primeros días. De ahí para acá, todo está patas arriba. Venir a trabajar es un tormento, encontrarme con estas mismas caras que la mayoría no tolero y con la intensidad cada vez más insoportable de mi jefe me tiene pegada a las páginas de empleo y echando globos pensando en la posibilidad de irme, de una vez por todas, para donde sea, lejos de aquí. Pero claro eso no es más que una utopía porque para irme necesito dinero, para tener dinero tengo que trabajar y el trabajo que tengo ahora es este así que parezco atrapada en esta caja de herramientas, como llamamos a nuestra oficina.
Después de unos subidones de ego y de miles de instantes nuevos, sorprendentes, IMPRESIONANTES, en Argentina, vuelvo a la normalidad donde me siento invisible, donde nada me alucina, donde todo me parece conocido, donde lo desconocido no me atrae y donde tampoco a nadie parece importarle, donde no parezco ni fantástica, ni interesante, ni alucinante.
Como preámbulo de lo que sería el año, arranqué, además, recordándome a mi misma que soy pésima para las despedidas, que me monto en montañas rusas gigantes sabiendo que siempre las caídas superan la hermosa vista que se tiene cuando se está arriba y plas!!!! Otra vez reviviendo la angustia de ser dejada. Pensar si será que estoy destinada a que sea siempre igual. Si 'era lo mejor para ti' es cierto o es sólo frase de cajón, o si 'no debiste ilusionarte de nuevo ' es una de esas realidades que no me gusta aceptar o es únicamente la visión que me da la razón y no el corazón y además de creer que 'es que al final todos terminan siendo iguales' es la frase de escape femenino por excelencia.
Si eso de 'como sean los 12 primeros días del año así será su correspondiente mes' es verdad, sólo me queda la ilusión de un buen diciembre.
Cambio año nuevo por un modelo 2006 ¡que al menos ya le tenía el truco!
7 comentarios:
Cuando menos te lo esperes, cambia la suerte.
Y me vienen a la mente retazos de canciones, tu post me inspira unos versos sueltos de Revólver:
Una noche cualquiera a mi puerta llamó la Fortuna,
y una noche cualquiera es normal que yo estuviera allí.
Porque, cariño, tú y yo nacimos para la gloria
Para dejarnos la piel por escribir nuestra historia.
Que bonito Pimkie. Gracias por pasar de nuevo por aquí.
Es una lástima que vuelvas al Dorado y te lo encuentres sin tesoros.
Deseo que tu suerte cambie.
Gracias por los buenos deseos Tako. Justo ahora no se dónde estarán mis tesoros o si los hay.
No tiene por qué ser así, eh!!
No cambies este año por el 2006..., simplemente cambia tú, o inténtalo. Busca en otro sitio, cambia de aires en la medida de lo posible.
Cuando todo es gris..., uf!
Para:
Me cambio de aires , para Buenos aires ?
que más quisiera !!!!!
Que no guapa, que no... que es sólo que te está costando arrancar, pero ya verás como pronto estás encantadísima con el 007.
Publicar un comentario